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II Concurso de relatos Fórum Montefrío

Iniciado por Parlamento, Marzo 10, 2010, 17:13:53 PM

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Eventos Vinculados

Parlamento

DE HOY NO PASA


Cuando Ramón abrió los ojos aquella mañana, se le volvió a figurar en  la penumbra el rostro barbilampiño y desencajado del francés. Saltó de la cama huyendo nuevamente del cotidiano fantasma y permaneció largo rato bajo el agua templada y salobre de la ducha. Después, como iba siendo costumbre desde la noche de marras, salió decidido a descargar la verdad y a saldar cuentas con el dueño del pub... Quizá así aquel espectro lo dejase por fin en paz.

Sintió la brisa húmeda que hurgaba delicadamente entre sus ropas y entornó los ojos ante la claridad turbadora de aquel día de primavera, pero aún así pudo vislumbrar algunas siluetas en la playa y las barcazas que se balanceaban sobre un agua casi celeste. Sin ningún obstáculo sino el de las bicicletas que circulaban desde temprano por el paseo marítimo, caminó hasta llegar al local. Ramón saludó y pidió una cerveza alemana mientras rumiaba: «De hoy no pasa...de hoy no pasa...»

Entretanto el camarero preparaba ceremoniosamente la copa para obtener la debida crema espumosa, rememoró el episodio que lo había condenado a despertarse cada día en compañía de la imagen acusadora del francés... Fue una noche en la que el pub rebullía de clientes. La barra estaba colapsada y  Gregorio y él se acomodaron ante el gran ventanal que da al mar y cuya cristalera hoy no es la misma, porque ante uno de esos vaivenes etílicos propios de Gregorio, esa madrugada estalló en medio de un ensordecedor estruendo.

Antes de que llegase al suelo el último trozo de vidrio, Ramón convino en que no les quedaba dinero ni para otra ronda, cuanto más para responder al pago de los cristales; y sobre todo y como siempre, tenía que proteger al pusilánime Gregorio que en absoluto se encontraba en condiciones de parlamentar con el propietario. Y no pensó nada más, de pronto comenzó a gritar desaforadamente:

Ese ha sido...! ¡Ese es...! ¡Eh, tío, párate ahí...!! Ven acá y da la cara ...! ¡Que han tirado piedras al ventanal...! ¡Por allí va...! informó al dueño, y asegurándose de que éste lo seguía echó a correr hacia el ajardinado laberinto de la urbanización cercana, hasta detenerse entre dos angostas y oscuras callejuelas. En la certeza de que no se encontraría con nadie, a punto estuvo de exclamar: «Ea, que se ha esfumado», cuando frente a ellos fue tomando cuerpo bajo la luz de la luna una figura que regaba la esquina en la necesidad de desalojar escatológicos líquidos corporales. No sé si el desdichado pudo concluir la faena, pero aún no había levantado la cabeza cuando las garras del dueño cayeron sobre él.

¡Te pillé canalla! ¿De qué vas tú, eh...? ¡Se te va a caer el pelo sinvergüenza...!
S'il vous plaît...! Je ne comprend rien...! – El hombre se abrochaba como podía sin dejar de preguntar qué pasaba, qué es lo que querían, y la extrañeza fue dando paso al temor cuando sintió que lo zarandeaban como a un muñeco de trapo.

Qu'est-ce qu'il se passe...? Qu'est-ce que vous voulez...? El rostro barbilampiño y desencajado del francés oscilaba de un lado a otro reflejando ya el pánico más absoluto. Sus pies apenas podían equilibrar los temblores que lo recorrían de izquierda a derecha y de arriba a abajo.

¡Pídele a Dios que puedas pagar el cristal...! vociferaba el dueño.

S'il vous plaît, laissez-moi..!. On m'attend á l'autobus... Mes copains son lá... Ils viendrons déjá ici... Mon Dieu, Mon Dieu...! las explicaciones y las quejas de esta parte se cruzaban con las increpaciones de los clientes que observaban cómo casi lo arrastraban hasta las puertas del garito. El semblante del francés fue adquiriendo un tono aún más lechoso y mate hasta que, desbaratándose, quedó sentado sobre el asfalto. El dueño cercó a su presa hasta que esta se acurrucó en sus pies suplicando piedad. Ya no hablaba dos palabras seguidas y solo surgían de su garganta, seca como una pasa, algunos chillidos breves y penetrantes.  Fue demasiado para Ramón, que una cosa era salvar el pellejo a Gregorio y otra resultar ser tan desaprensivo como para permitir que aquella criatura rozara el borde del infarto, así que se inclinó hacia el infortunado analizándolo con afectación, y pidiendo que se apartaran los curiosos para que pudiera mirarlo bien. Al fin resolvió con voz alta y segura:

¡ Para mí que no era éste!

¿Que no era éste... ahora dices que no era éste? rugía el dueño ¡No fastidies, joder...!

¡No sé... yo creo que tenía el pelo largo... Y tal como corría, seguro que sería bastante más joven... ¿Y qué quiere...? Ahora que lo veo  de cerca... ¡Que no, que no... que no era este...! ¡Maldita sea, que se me ha escapado...!

Un nuevo miembro se unió a aquel espectáculo callejero cuando un acalorado conductor de autobús apareció ante el grupo olisqueando allá y aquí y llamando a un tal Monsieur Antoine:

Monsieur Antoine...! Monsieur Antoine...! Óu êtes-vous...? L'autobus s'en va...! De pronto, se detuvo ante el grupo ¿Han visto por aquí a un señor mayor, pelirrojo y alto...? Me parece que se ha perdido... ¡Santo cielo, monsieur Antoine! ¿Qué le ha pasado? Y se agachó intentando levantar al susodicho mientras le informaban del asunto. Después, explicó a los presentes que el autobús había hecho una parada en el área de servicio para el preciso desahogo, y suponía que Monsieur Antoine buscó el primer lugar oscuro por no esperar turno. Dio cien veces su palabra de que no pudo ser él quien arrojó el pedrusco: qué iba a ser él, qué iba a hacer el pobre alejándose tanto y además hacia un lugar público, cuando la tarea era de estar más bien a solas... Aseguró que Monsieur Antoine era un comerciante de Nimes que regresaba a su tierra, maravillado por cierto de la visita a esta isla, y por supuesto incapaz de hacer nada parecido.

Sin más remedio, el dueño del pub ayudó al conductor a recomponer al extranjero y se disculpó por haberse equivocado de hombre. Ramón, sin más, adoptó una altiva compostura que quería evidenciar su correcta actuación intentando detener al presunto delincuente y, disuelta la concentración, se esfumó con Gregorio que ni hablaba ni paulaba, ni tampoco recordaría nada pasadas algunas horas.

Aunque Ramón procuró lavar su conciencia considerando de ley la intención de salvar a su amigo tan pusilánime él y tan borracho como estaba y a pesar de que consideraba que él mismo se jugó el tipo ya que de ser el tal Monsieur Antoine un alemán como un castillo podía haberlos puesto a caldo, no podía evitar seguir rumiando pesares por haber convertido a aquel hombre en un pelele, en una marioneta, en la esencia de la desolación y la impotencia...Algo que también Monsieur Antoine le recordaba, imponiéndole la contemplación insólita de su rostro barbilampiño y desencajado.

Mientras Ramón tomaba ahora su segunda cerveza frente al testigo mudo del horizonte azul, seguía resonando en su cabeza: «De hoy no pasa... de hoy no pasa...»; pero nuevamente decidió dejarlo para mejor ocasión, y así fue hasta que resolvió definitivamente no revolver el pasado.

Pasando el tiempo y ya casi acostumbrado a compartir el despertar con aquella aparición, comenzó a empujarlo no sabía qué extraña inquietud que lo hizo inscribirse en cursos nocturnos de francés, aprendizaje que le permitió conseguir trabajo como relaciones públicas en el que debía brindar un servicio exquisito a turistas galos; al mismo tiempo, comprobó que aquella imagen matutina iba siendo de vez en vez más difusa, llegando a diluirse por completo cuando desposó a una de estas visitantes con la que ha tenido tres francesitos, a los que lleva cada año de vacaciones a Nimes, a casa del abuelo Antoine.

Por su parte, el abuelo Antoine  nunca ha reconocido a Ramón, pero tampoco ha vuelto a atentar contra la salubridad pública ni a descubrir sus intimidades en ninguna esquina solitaria.

Tundra
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

LA FUGA


–Verá. Yo le he llamado por una fuga –dijo con cierto nerviosismo, al tiempo que cerraba la puerta de un puntapié.
–Pues, oiga, se ha equivocado usted. Yo soy cerrajero, no fontanero –le contesté.
–No me equivocado. Le aseguro –el hombre dirigió su mirada hacia sus manos, guiando la mía hacia el mismo punto– que necesito un cerrajero.
El tipo tenía las manos cruzadas sobre su vientre y, en torno a sus muñecas, unas esposas. Volví a mirarle a la cara. Sonreía. Muy gracioso, pensé.
–No puedo ayudarle –le contesté secamente y me dispuse a salir por la misma puerta que él acababa de cerrar.
–Puedo pagarle. Mucho dinero –dijo, al tiempo que se ponía delante de mí para cerrarme el paso.
–¡No! –me negué a seguir escuchando. Siempre he sido un hombre creyente. Toda mi vida se ha guiado por un respeto firme a la Ley de Dios y a la Ley de los hombres. No podía ayudarle, pensé. No podía ayudar a un delincuente. ¡A saber qué habría hecho!
–1.000 euros... ¡2.000!
–¿Cómo?
–Ya veo que es usted un excelente negociador. De acuerdo.
–De ninguna manera. Yo no estoy negociando con usted.
–3.000 euros... –empezó a recitar, en un tono neutro, mientras yo negaba con la cabeza– 6.000 euros, 7.000...
–¡Maldita sea! –grité– Le digo que no le voy a ayudar. No puedo ayudarle.
–17.000 euros, 19.000 euros, 21.000 euros... –había empezado a subir las cantidades de 2.000 en 2.000 euros, pero yo seguía firme. ¡No me vine de Guinea Ecuatorial hace 18 años para colaborar con delincuentes!
–23.000 euros, 26.000 euros, 30.000 euros...
–Noooo –dije, alargando un buen rato la letra 'o', en un intento de imprimir a mi voz un tono grave que sonase a compasión y paciencia cristianas y, al mismo tiempo, que retumbase con severa determinación.
–36.000 euros, 39.000 euros, 42.000 euros... –seguía recitando él, como si nada.
Yo me decía a mi mismo que me había venido a España huyendo de la corrupción y la miseria y que no iba a caer en los mismos pecados que habían hundido a mi país. Que yo, sólo con el sudor de mi frente estaba dándoles ya a mis hijos un futuro que no podrían haber ni soñado en Malabo. Que con eso era ya suficiente.
–45.000 euros, 49.000 euros...
Yo estoy bien. Mi familia está bien. Somos felices con lo que tenemos y doy gracias a Dios por ello.
Aunque también estaría bien que mis hijos pudieran estudiar un año en el extranjero... o cursar un máster en una universidad privada. O... ¡qué demonios...! ¡Vámonos de vacaciones un mes por ahí, a un buen sitio!
–Pare ya, por favor –insistí una vez más.
–58.000 euros.
Dicen que todo el mundo tiene un precio; el mío fue esa cifra en concreto: 58.000 euros.
Abrí mi maleta de herramientas.
Podría haber usado la cizalla, pero preferí alardear y hacer mi viejo truco, con dos simples clips. El gran secreto del forzado de cerraduras es que es realmente fácil. Cualquiera puede aprender a forzar cerraduras. Sin embargo, hacerlo en menos de tres segundos requiere cierta habilidad innata y mucha práctica.
–¡Increíble! –exclamó el hombre. Yo me quedé de rodillas sobre la alfombra del salón, paralizado. Antes de que me diera tiempo a pensar en qué había hecho o en la posibilidad de que no hubiese dinero y hubiese traicionado mis principios a cambio de nada, aquel tipo ya regresaba desde alguna estancia de la casa llevando en cada una de sus manos –sus manos criminales liberadas por mí– varios fajos de billetes verdes, amarillos, morados.
–60.000 euros. Cuéntalos si quieres.
–No hace falta. Está bien así.
–Escucha, eso que acabas de hacer me ha parecido increíble. Realmente, tienes un don para esto, muchacho.
–Lo sé.
–¿Sería posible contratarte para un trabajito de... cerrajería? Sería algo sencillo y no supondría ningún riesgo para ti.
–¡No! –dije indignado. Dispuesto a salir, esta vez sí, corriendo por aquella puerta.
–10.000 euros, 20.000 euros, 30.000 euros...

Serge L. Gilmore
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

TROPICAL ISLAND


Se llama Jovanotti. Tiene los ojos más azules que puedas imaginar. Y los labios, gruesos, pura sangre que quisieras morder con desespero de vampira insaciable. De verlo nada más te quedas lela, así, con la babita colgando de la boca. No sé, mezcla de Brad Pitt con William Levy. Bien pudiera ser galán de telenovelas. Pero, ¡qué va!, no es todo, niña. Al escuchar su voz te derrites como un trocito de hielo en un Cuba Libre. Pareciera que su lengua te acaricia toda la piel. Habla en una mezcla de italiano y español con un tono que enternece. Y el cuerpo, ¡Dios mío!, brazos, espalda, muslos, como para chuparle hasta los huesos. ¡No tiene desperdicio! Deja que lo conozcas.
De pura suerte lo encontré. Nunca se sabe que nos depara la vida en el próximo paso. Soy una mujer de instintos, y me dejo llevar por ellos. Razón por la cual dice la abuela que no anda bien un tornillo en mi cabeza. Verdad que no me las pienso mucho. ¿Qué le voy a hacer? Así soy desde que era una niña y no creo, a estas alturas, que nada me cambie; ni quiero. Pero, mejor te digo rapidito antes que Jovanotti esté de vuelta.
Anoche ligué a un alemán o sueco, no recuerdo bien. En fin, un yuma panzón con peste a rayos que pa′que contar. De la disco nos fuimos al hotel donde se  hospeda.  Después de hacer malabares para colarme en la habitación, al tipo apenas se le paró de la curda que tenía, pero fue peor. Estuvo dándome sanzara hasta que el sueño lo rindió. ¡Qué nochecita! Pero, valió la pena. Le tumbé cerca de cincuenta fulas. Al dejarlo esta mañana pensé seguir para el pueblo. El ambiente últimamente está que arde. Ah, sí, supe que trancaron a esas dos pirujas. No tienen cabeza. ¿Cómo se les ocurre dar una entra de golpes al extranjero porque no les pagó lo acordado? Esas estupideces ponen el negocio malo. Días atrás pasé tremendo susto. Casi terminó en el calabozo. Gracias a Dios, no era mi hora y libré de una buena. ¿Qué no consigue un buen culo, eh? No tienes que advertirme. Todavía la marea está revuelta. Hay que andar con cuidado. Sí, tengo un acta de advertencia pero, tú sabes, a una le entra una carcomilla que no se puede aguantar. Claro, nunca se escarmienta. Es un vicio que te atrapa y no te suelta. Nada te frena. Así que, en vez de tomar el camino de regreso a casa, arranqué pa′la playa.
Era media mañana y el sol ya calentaba fuerte. El lugar estaba concurrido. Esto  es  zona  de  turista,  hoteles   cinco  estrellas,  todo   made  in  yuma; cubanichis no hay ninguno, sólo los jineteros de siempre que buscan  camuflaje dentro el agua como tiburones en espera de su presa. En realidad no vengo mucho aquí, sin embargo tengo mis contactos y, una que otra vez, doy una vueltecita a ver si pesco algo. Conozco a par de tipos de seguridad que velan la playa. Por unos fulas o una mamada esos negrones se hacen los chivos con tontera. Así que, quita de bulla, para entrar en ambiente, eché un vistazo alrededor y lo descubrí a la sombra de esta sombrilla. Reclinado en la tumbona leía esa revista. No perdí tiempo. Le partí pa´rriba, pero ni se inmutó cuando pasé enfrente  suyo. Siguió leyendo como si malanga. Cruce los dedos para que no fuera maricón y me senté en una baqueta del ranchón. Pedí un poco de agua con hielo. Y esperé. No pasaron ni cinco minutos cuando dejó la lectura y levantó la vista. Miró hacia el mar, al cielo, al este al oeste, echó la revista a un lado y, entonces, clavó sus ojos en mí como si fuera una ilusión tropical. Al advertir su atención, quien se la dio de larga fui yo. Puse cara de mosquita muerta, tomé un trocito de hielo y lo pasé por los labios, el cuello, y el pecho donde lo froté hasta derretirse. Pero, ¿quién tú crees que soy? Sonreí y me guiñó un ojo. Eso bastó y fui a su encuentro.
Hola papi, le dije, me llamó Surisaray. Su mirada recorrió cada curva de mi cuerpo. Hello, my name is Surisaray, repetí esta vez en inglés no fuera a ser que no entendiera ni una palabra de español. Jovanotti, dijo y sonrío, italiano, de Roma. Y me senté a su lado. El olor de la crema aplicada sobre su piel me emborrachó. Los músculos del pecho y el abdomen le brillaban. Sentí deseos de inclinarme para morder sus tetillas y lamer toda la extensión de su piel. ¡Ay mamita!, no hay mejor remedio para despejar la resaca de una mala noche, que un macho buenote de verdad entre tus piernas. Pero me contuve y continúe como si nada. Oh, Italia... Pizza... Espaguetis... rico ¿no? Pregunté si le gustaba Cuba, si era su primera visita al país... Las bobadas de siempre y así entrar en confianza. Para él no existe lugar más hermoso y exótico en la tierra que esta isla en medio del caribe. Todos estos yumas dicen lo mismo, y yo siempre con la idea de irme a vivir a París, Londres, Madrid, a la mismísima Conchinchina con tal de dejar atrás toda esta *****. Claro, eso lo dicen porque aquí vienen a la gozadera y el vacilón. Era su segundo viaje. Esto es el paraíso, el color del cielo, el sol, el mar, la gente... tutto tutto è meraviglioso. Rico ron y putas baratas, pensé y sonreí. La vez anterior estuvo en La Habana. Tropicana..., Bodeguita del Medio..., el Malecón. Poco tiempo, apenas par de días. Domande di affari, algo así dijo, y al parecer por la expresión de mi cara aclaro: bussisnes... negocios... capisce.  Ahora vino por dos semanas. Pasó unos días en la capital y decidió llegarse a Varadero. Luego, le gustaría recorrer el resto de la isla. Conocer Santiago de Cuba, Sierra Maestra, el Cuartel Moncada... ribelle, culla della Rivoluzione... Fidel Castro... el Ché... oh, Ché Guevara, quello grande uomo... Mientras hablaba sólo tuve ojos para vacilarle aquel cuerpazo de macho ricote hasta reparar en el gran bulto que se marcaba entre sus piernas. ¡Ni que fuera un negro! Me puse tan caliente que de pronto calló y le escuché decir sei sente bene, senorita. Calor, dije abanicándome el rostro, ¡uf!, mucho calor... Oh, certo calore. Dijo alguna cosa sin que lograra entenderle. Coca Cola... Birra... Oh, no, gracias...zenquiu. Insistió cortés. È un piacere, murmuró sonriente dejando ver sus dientes blanquísimos como la espuma de una ola. Mejor la playa, insinué, y nos fuimos a dar un chapuzón.
Esta parte seguro te la imaginas. Pero no aguanté más, y allí mismo, dentro del agua, me lo templé.
De vuelta a la arena supe que es único hijo. Viaja por todo el mundo. Junto al padre se encarga de un bisness de vinos. Aquí  en  la  isla  está  en  negociaciones  para  comercializar sus productos. ¡Tremenda onda! Pero lo mejor de todo es que se cogió conmigo. Me dijo un montón de cosas lindas, aunque no entendía ni la mitad. Quiere que pase los días que restan junto a él. Recorreremos la isla de oriente a occidente. ¡Te imaginas! Tur arriba y tur abajo. ¡Pelo suelto y carretera! ¡Fiesta y pachanga! Claro, seguro nunca echó un palo así en su vida. Y eso que fue en el agua. Cuándo lo coja en una cama: ¡lo despingo to! Te lo aseguro. ¡****! Por fin algo bueno tenía que pasarme. ¡Mejor, ni por encargo!
Sí, el sol está que arde. Yo hasta me unté un poco de su crema. Huele rico, ¿eh? Pero tú no te preocupes que más negra no te vas a poner. Mejor refresca con un trago de cerveza, aunque ya no debe estar muy fría. Jovanotti la compró antes de subir un momento a su habitación. Sucede que hace un rato apareció un niche con unas cajas de cohíba.  Por supuesto, no le advertí que esos tabacos son falsificación del original. Mejor no meterse en líos. Al fin y al cabo todos estamos en la lucha y cada cual se busca el varo como puede. Ellos, la tarde anterior, habían cuadrado el asunto, pero Jovanotti lo olvidó por completo y apenas tenía unos billetes encima. El niche puso mala cara. Aquello era una papa caliente en sus manos. En su desespero le hizo hasta una rebaja, pero aún así, Jovanotti, de todas formas tenía que ir a su habitación para completar el dinero. Y el otro que se iba a embarcar porque el picao estaba malo y si la fiana lo traba lo parte en dos. Entonces, en medio de aquel estira y encoge, le dije a Jovanotti que tenía unos fulas que cubrían el pago. ¿Fulas? Dinero..., Mony ¡Oh capisce! Beh non ti preoccupare, io pago più tardi.  Y al niche se le puso la cara de contentura al escuchar que parecía resolverse el asunto. Sin perder un minuto le indicó a Jovanotti que mejor se parapetara a mis espaldas si quería echar un vistazo a la mercancía. Tutto è bene... Ok, amico. Y los fulas que van de mis manos a las de Jovanotti, y de esta a las del niche que los toma y guarda en su short, para a toda prisa, sonriente, perderse de vista por la arena. Al instante Jovanotti me dijo que subiría a guardar las cajas, y por mi dinero. Y yo, bueno, puede ser más tarde, no hay apuro. Y él que no demoraría. Luego tendríamos tiempo para caminar por la playa y más tarde almorzar en cualquier lugar... tú sabes...
Si que demora. Con toda esta habladuría ha pasado más de un cuarto de hora y... ¿Por qué pones esa cara? De qué **** te ríes...¿Estafaron?... Tú estas loca... ¿Cubano? Ya quisieras... Si es italiano, de Roma, tiene un negocio de vinos, nos vamos a casar  y  me  llevará  de  luna  de miel a Venecia... Lindo, ricote, y con un varo largo... ¿Comemierda?... Tú lo que eres es una negra envidiosa. No sigas... ¡Cállate!... Ñoooo... ¡Hijoeputas!...

Yosyk
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

DÍAS DE FIESTA


Está mirando fijo al norte. En el horizonte amarillento se levanta uno que otro arbusto y un silencio árido brota de la tierra. Acostumbra a mirar a lo lejos, a un camino que no existe, pero es por donde único suele aparecer lo que se dirige a la aldea. Todos allí tienen esa manía y no la dejan por más que quieran. No pueden sino mirar al norte a cada rato.
En la lejanía nada se mueve, tal parece que el tiempo no caminara. Vuelve la vista a la paja que trenza junto a los demás niños. De vez en cuando juegan, pelean, desordenan el montón y se dejan caer sobre él hasta que un alarido les ordena volver a trenzar. 
El sol da duro sobre sus espaldas y se tornará peor porque aún es media mañana. Las grietas en la tierra estéril dicen que no ha llovido en mucho tiempo, ni lo hará. El grupo de niños trenza, mira alrededor, vuelve a trenzar. Contemplan el planeo bajo de un dorsiblanco, tal vez  encontró algo, piensan. De momento sería el único afortunado por acá.
Jahira  levanta los ojos una vez más. Nada. Voltea el rostro y ve a su madre en el caserío amamantando a su hermano. Siente el deseo repentino de estar en el lugar del pequeño.  Se incorpora con desgano, recoge un poco de paja, la organiza y entreteje de manera que quede bien amarrada y fuerte. Luego repite la misma operación varias veces.
Vuelve a mirar y  alcanza  ver dos puntos negros. La distancia distorsiona la imagen, entonces fija la vista. El cuadro va ganando nitidez y ya son dos bultos en movimiento que dejan una estela de polvo rojizo parecida a una diminuta tormenta de arena. Tienen que ser ellos.  Se pone en pie de golpe y echa a correr gritando ¡vienen, vienen! Los otros hacen lo mismo y salen en  manada. ¡Vienen, vienen!
Corren por la escasa yerba, rápido, pies curtidos, manos levantadas, rápido, ojos inquietos, cabeza adelante, rápido. Corren y gritan ¡vienen, vienen! Es larga la carrera, fatigados tropiezan, aún así, resisten. Cuando van  acercándose  a  los jeeps retornan para llevar la delantera como en una avanzada. Al llegar a la aldea les falta el aire, se sienten agotados, el sol ha arremetido fuerte contra ellos. Tienen, sin embargo, la energía suficiente para continuar con el alboroto. Todos en el caserío han salido a recibir a los visitantes. Son muy bienvenidos allí.
Jahira  sabe que serán días de celebración, bailes, comida y caras felices. Sobre todo a su mama se le ve contenta cuando esto sucede y ver a su mama feliz es lo que más desea Jahira. En una ocasión le había preguntado quiénes eran y ella  le respondió pasándole la mano por la cabeza, son mensajeros de Dios. Jaira quedó en silencio, se preguntaba por qué eran tan  diferentes los mensajeros de Dios. Quizás porque los enviaba Él, pero eso era lo de menos, lo importante era que traían las fiestas.
Mientras los hombres descargan las cajas que traen en el jeep, Jahira se para delante y espera, porque puede imaginar lo que sucederá. Siempre es así. En un momento, bajará una mujer  sonriente, con pantalones y botas. Introducirá la mano en una jaba y comenzará a lanzar caramelos  al grupo de niños. Entonces ellos se los arrebatan, huyen, caen al suelo, ríen. El que salga llorando es premiado con más caramelos. A Jahira le encanta, está impaciente. Aunque hay  para todos, es parte del juego ver quien se lleva más. En medio de la algarabía, uno de los visitantes toma una cantidad indefinible de fotos y ellos posan risueños.
Llegaron las fiestas, piensa Jahira. Sabe que en días como éste, hacen una fogata inmensa y los niños ayudan.  Las mujeres visten trapos de colores y largos collares. Abren latas de carne y frijoles, comen con la mano en vasijas de barro. Reparten lo que han traído en las cajas. Luego, aldeanos y visitantes bailan y cantan hasta bien tarde en la noche.  Los niños se sientan juntos a comer caramelos. Es divertido observar a los visitantes, les cuesta mucho trabajo llevarse la comida a la boca y bailan de una manera extraña.
En dos o tres días, despedirán a los mensajeros de la misma forma. Echan a correr gritando ¡vuelvan, vuelvan! Escoltan  los jeeps a la carrera hasta que ya no los puedan seguir. Entonces se detienen y los ven perderse en la distancia ambarina y seca. Sin embargo, eso no sucederá hoy.
Así que ahora Jahira sigue con la vista el recorrido en el aire de los caramelos. Se pone la mano en la frente,  no consigue distinguirlos bien porque los rayos del sol se reflejan en los papeles lumínicos y de colores. De cualquier manera calcula donde situarse para atrapar la mayor cantidad. Avanza, consigue unos cuantos, los arroja con agilidad en la saya. La empujan, los derrama en el suelo, vuelve, atropella, recupera lo suyo. Se revuelca en la arenisca, ríe y juega con los demás niños. No recuerda que dentro de poco volverá a mirar a lo lejos. Todos en la aldea tienen esa manía y no la dejan por más que quieran. No pueden sino mirar al norte a cada rato.

Bolet
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

¿PIENSAS?


Es sabido por grandes pensadores de todos los tiempos que la filosofía nació por la necesidad de  resolver las dudas que planteaba el deseo por conocer lo que no se podía conocer a simple vista, lo que no estaba al alcance de la vista, lo que suponía una necesidad de ser conocido de alguna forma para el entendimiento y pasar a ser una realidad cuya utilidad pudiera en algunos casos dirigirse a organizar a los grandes grupos , así como las ciudades  como fue el caso de  la filosofía de platón sobre la idea del mundo ideal y los diferentes estados , pero este no fue el único
.
La filosofía no solo se rige por las ideas del ser humano sobre su existencia sino por la necesidad de estos de convivir de sobresalir  y tantas cosas mas , por la propia enfermedad el dolor el malestar general , la inquietud ,el ansia y la desesperación , las corrientes literarias de hoy en día son un reflejo de estos mecanismos de comunicación que dejan ver el deseo de las personas por lograr comunicarse de alguna forma y lograr también el reconocimiento de los demás y sin duda la filosofía  es un principio de esto , aunque hoy por hoy no haya transcendido si tengo que decir lo que pienso , no queda nada del pasado salvo la idea de que es pasado , porque no logramos hacer perdurar algo con verdadero sentido en conjunto sino como fragmentos importantes de algo que pasan y son dejados pasar por la capacidad del hombre de entender y demostrar la realidad de los hechos frente de si

La filosofía es en entre otros la base de muchos estudios actuales, política, psicología, medicina.
Y lo que mas me gusta pensar, desde hace años, que la sociedad en la que vivimos todo lo que nos rodea lo heos creado nosotros a partir de pensar, todo son pensamientos de personas, la ropa que llevas la ha pensado alguien, el coche que llevas lo ha pensado alguien, el ordenador con el que lees este relato lo ha pensado alguien, bueno y luego creado a partir de esa idea.

La filosofía es por lo tanto el padre de todo conocimiento

Se podría decir y por eso nos llamamos homosapiens, y homohabilis, y que es el principio de todo conocimiento, aunque en realidad signifique amor a la sabiduría, en realidad con la idea de amor nos referimos a la maternidad de ella. A la creación de la sabiduría. Bueno al menso esos seria lo verdaderamente bello poder crear pensamientos y de esta forma lograr siempre estar en constante creación y crecimiento y no quedarnos estancados en la mera observación de los hechos ya hechos y perdiendo el control del tiempo frente a nosotros mismos.

Es sin duda una buena base para empezar a tener una autoestima mas firme fuerte racional, y empezar a reconocer que posición tenemos en el mundo en la sociedad, que hemos conseguido, quienes somos. La filosofía nos ofrece el conocer que es el amor, que es la necesidad el deseo por algo, el deber de seguir unas pautas hasta llegar al concepto en si de lo que buscamos y con ello, reconocer también que es el amor, puede ser una simple obsesión, una simple intuición, casualidad, o inspiración divina, pero los conocimientos están ahí, siempre y solo depende de nuestras habilidades para reconocer cuales son, para que sirven o como usarlos. Por lo que es el mejor instrumento para llegar a tener una buena opinión sobre las cosas y una perspectiva sobre todo lo que acontece constantemente en nuestras vidas

Pensar puede darnos la consciencia del pensamiento
Es un principio bueno para empezar a reconocer que es realmente importante y sobre todo un arma a nuestro favor para conseguir lo que queremos
Además después podemos pasar a reconocer cualquier otra materia desde un fundamento más elaborado y concienzudo capaz de ofrecernos una visión más lógica, y medo lógica como si lo comprendiéramos con mayor facilidad, es capaz d e hacernos entender, ver que significan las cosas, a partir de métodos como la lógica

Permitirnos la capacidad de entender lo que nos rodea de una forma simple es algo importante por lo que si solo es necesario pensar

Habrá que usar el pensamiento


Ser feliz en un mundo ideal
Incluso te diría que es como no querer reconocer que la vida no se trata simplemente de ver como se muestra lo que otros nos han dado sino que se trata de crear por nosotros mismos aquello que queremos vivir, es como crear nuestra propia vida, y pensar que se puede y creer que se puede es solo tener algo de fe. Algo que lleva años entre nosotros y miles de millones de personas consideran una realidad.

Una capacidad, un potencial, la fuerza suficiente como para... dejar que las cosas estén como esten, Aunqeu sabemos como camuflarla con amor, niños, juegos, dinero... Pero en definitiva sin ser verdaderamente conscientes de las capacidades y las posibilidades que tenemos realmente.

Os mostraría una visión de lo que considero que se podría llegar a conseguir en mi libro utopia, en el que os muestro un mundo perfecto desde el presente , posible y construido poco a poco paso a paso frente a vuestros ojos para que podáis empezar a crearos una visión distinta de la realidad que quizás y espero os de fuerzas para crear la vuestra propia , pero quiero desarrollarlo de una forma mas intensa tanto y como sea posible para que cada detalle no quede al azar y se muestre como tal  al menos en la mente no solo mía sino de aquellos que  con la imaginación logran transformar los interesantes vacíos en verdaderas armonías de luz

Sócrates, Aristóteles, Kant, Hegel, Marx, Freud, Hume, Lucke, Hipócrates

Como ya os decía algunos filósofos nos dieron medicina, otros nos dieron grupos políticos, otros nos dieron tendencias y otros nos han dado la clave para conseguir ser quienes queremos ser

Ideologías como el helenismo
El romanticismo
O el Renacentismo

La historia no nos ha trasportado al día de hoy con una perspectiva mas muy distinta de lo que es el pensamiento haciéndonos perder en esencia lo que somos y haciéndonos olvidar nuestra mayor fuerza para transmutar y evolucionar .hecho de que la filosofía no sea materia importante deja mucho que desear sobre nuestra evolución o por ejemplo la astrología, claro es que es una interpretación simbólica de lo que somos pero también es una psicología espacial de donde estamos y que posición ocupamos dentro del propio planeta

¿A caso el pensamiento de hoy se ha olvidado de lo mas importante y se ha quedado encerrado como en esa cueva en una necesidad, que solo sustenta algo que no termina por ser lo natural del ser humano?


Aunque nos dio la tecnología y sustituyo la necesidad de pensar por la de almacenar información de manera electrónica el ser humano sigue siendo un ser humano y sus necesidades giran mas día tras día sobre la necesidad de reconocer que todos esos avances tecnológicos le pueden dar también algo de paz y de sosiego al concepto de alma, energía, consciencia o simplemente bienestar.


Al igual que las religiones apenas somos conscientes de lo que cada una de ellas nos muestra y si de las disputas y conflictos, que nos muestran las noticias

Una buena pregunta filosófica para el ser humano de hoy, pues es conocido que los grandes pensadores nacieron de grandes preguntas seria


El ser humano de hoy ha olvidado ser un elemento orgánico por la necesidad de comprender y aceptar las nuevas tecnologías, se ha convertido en su modelo ideal de extraterrestre dentro de su propia casa.

¿Desprecia el ser humano al propio ser humano por que ya no se reconoce como tal, hemos llegado a comprendernos en algún momento y lo mas importantes, realmente somos conscientes de que es lo que somos o hacemos diariamente, nos hemos trazado algún rumbo, o simplemente hemos empezado a dar vueltas cada vez mas pequeñas, hasta que llegue un momento en el que giremos entono a un solo ser humanos?

(Al que nadie hace caso no pudiendo evitar presentarle toda la atención)
O lo que es peor frente al antagonista del gran amado Jesús del cual son creyentes unas 2500 millones de personas.

Angel de luz
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

                                       
   MI CIUDAD DE AZAHAR


Mi ciudad es mi hogar, ese lugar donde siempre quiero volver. En ella tuvieron lugar mis juegos de niña, mi despertar de mujer...
Sus calles, sus jardines, sus plazas, albergan sentimientos callados. Cada esquina, cada huella, entraña magia empapada de historia.
Una historia regada por frutos de la tierra, por paisajes generosos llenos de tradición. Se siente el aroma  campestre, el dulce olor a azahar, la brisa del mar batiendo sus olas en rítmica melodía.
Mis pasos se dirigen en silencio recorrido a cada uno de esos lugares donde dejé una fracción de mi vida, vuelvo para recuperarlas, para hacerlas de nuevo mías.
Mi ciudad me las guardó durante mucho tiempo, las envolvió con sus brazos antiguos, llenos de clasicismo y ahora en su lugar me las devuelven unos brazos modernos, actuales, diferentes en las formas pero no en el fondo.
Su voz serena y dulce sigue guiando mi camino, me acompañan sus luces, sus colores desnudos, su cielo plagado de estrellas...
Mi caminar se detiene ante el viejo olivo solitario, apenas logro reconocerlo, su tronco noble, curtido por los años, parece reconocerme. Sus hojas se agitan saludándome con ternura.
-Yo también te quiero...- le contesto con la mirada.
Bajo su sombra, conocí mi primer amor, mi felicidad le tuvo como testigo en innumerables ocasiones y también, de igual manera,  presenció mis días más amargos.
Esos días ya pasaron, el tiempo todo lo cura, mi vida late de nuevo con fuerza. Nuevos tiempos, nuevos amigos, pero la misma casa, la misma ciudad...
El amanecer que hoy compartimos es el mismo de hace años, aunque hoy mis ojos lo ven de manera diferente, quizás porque la emoción hace que mi visión  no sea objetiva.
Mientras tanto, mis lágrimas acarician mi rostro, mi ciudad me acaricia a mí...

Amantis
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

RAPSODIA MORTUORIA


Comprendida las palabras que revoloteaban en mi cabeza me dedique a lo mío, abrí mi maletín y saqué a mi familia. Descubrí a mi dulce madre, a mi famélica hermana, a mis escurridizos hermanos y a mi rudo padre. Posé a mi madre a la altura de su ombligo y dejé que sus dedos ingresaran levemente, levemente ella dejó escapar un gemido; trató de mover las manos pero fue inútil, mis hermanos la envolvían, la apretujaban burlándose de ella. Mi hermana abrió camino entre pliegues abultados y un denso mar rojo comenzó a brotar de inmediato, más que cuando mi madre estuvo actuando. Mi padre entró en escena, abrió su pecho y con la fuerza descomunal de su forma se adentro en los confines soberbios y delineados, una y otra vez. Ella dejó de moverse, si señor, nada mas le quedaba que dejar de moverse; olvidó cerrar los ojos, que mal señor, olvidó cerrarlos y me miraba directamente. Cuando sucede no puedo concentrarme y mi familia se vuelve torpe. Para buena fortuna mi madre tiene la solución, escarba y escarba, que bien escarba. Dos bolitas delicadas de raíces rojas, las guardé en mi bolsillo para mi colección. Mi hermana revisó en los interiores. Así se hace hermana. Lo gozaba tanto como yo. Mis hermanos solo observaban, su tarea había terminado, solo observaban y degustaban sus cuerpos impregnados de ese mar rojo. Mi padre quiso participar una vez más. Vamos viejo. Pero tuve que sucumbir a sus dedos. Bruto como es traspaso fronteras y llego a la tierra. Bruto y torpe. Mi madre se limpio sus dulces líneas y brilló con la luz fluorescente, se movía en zigzag, moldeando el calcio, dándole nueva forma al bulto rosado. El mar rojo también se cansó, dejó islotes y penínsulas para nuestro deguste. Que bien se siente. ¡Aleluya! ¡Alabado sea Dios! Mi familia estaba feliz, yo estaba feliz, ella... no nos importaba si estaba feliz.

Réquiem Murakami
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

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UNA VIDA IN-FELIZ


Se levantó trabajosamente de su cama con la misma punzada lumbar que lo venía acompañando desde hacía ya 7 años, pero esta vez notó algo distinto... supo que ese día moriría.
Desempolvó el único traje que pudo comprar en toda su vida y que sólo utilizaba en ocasiones especiales; tomó una ducha con la precaución de quien sabe que en cualquier momento su alma se le escapa volando; se vistió con el cuidado y la especial minuciosidad de quien se prepara para su primer cita y salió de su casa con una gran sonrisa no sin antes permanecer 123 segundos observándose directamente al espejo. Repasó cada una de las arrugas de su rostro y permaneció 38 segundos deleitado en sus ojos... estos siempre permanecieron jóvenes.
Con algo de dificultad, caminó las calles con la frente en alto superando obstáculos que ahora se hacían más difíciles sin el bastón que durante años se había convertido en una extensión de su brazo derecho.
-Hoy no lo necesito –pensó al abandonarlo en el rincón en el que siempre reposaba.
Caminó dos cuadras hasta la esquina en la que tomó un jurásico transporte público que lo llevaría hasta la casa de su primogénita. Se bajó con dificultad porque el bus que lo llevó arrancó antes que pudiese terminar de bajarse. Sonrió.
Llegó a la casa de su hija, atravesó el jardín y observó por la ventana. Se encontraba sola en la sala leyendo un libro. La contempló por un par de minutos absorta entre las letras hasta que una pequeña y tambaleante figura, su nieto de 3 años, llegó a abrazarla. Entonces las lágrimas se mezclaron con la gran sonrisa dibujada en su rostro mientras se alejaba de la ventana que había servido como marco de la primera imagen que fue a buscar.
Revitalizado, caminó las 20 cuadras que lo separaban de la casa de su segundo hijo. A una cuadra del lugar, vio a su nieto jugando en la calle junto a otros niños. No se atrevió a acercarse. Observó cómo un empujón llevó a su nieto al suelo quien de inmediato comenzó a llorar; tuvo el instintivo impulso de correr él mismo a levantarlo y consolarlo pero decidió no hacerlo aunque una puñalada había atravesado su corazón. Entonces vio salir a su hijo quien apresuradamente levantó al niño del suelo y lo sostuvo entre sus brazos llenándolo de besos en la barriga para hacerlo sonreír. Había logrado capturar la segunda imagen que buscaba.
Aunque el dolor de su rodilla se hacia cada vez más y más fuerte, decidió caminar hasta su casa. Con cada paso andado descubrió que todas las personas con las que se cruzaba eran mucho más jóvenes que él. Al llegar a casa observó todo con detenimiento, se acostó en su cama, posó las manos sobre su pecho y sonrió por última vez.

Arley
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

ALDARA, LUCAS, RIBADAVIA


Hola, me llamo Xoán y soy de... ¿Cada uno es de donde nace o de donde pace? Nunca lo tengo claro, así que os diré que nací en Sada, pero vivo en Ribadavia.
¡Aún recuerdo hoy como llegué a Ribadavia! Fue cuando me tocó la lotería de Navidad, aquel año en el que estábamos sumergidos en una tremenda crisis de la que no podíamos salir. Pero yo salí bien de ella invirtiendo en una villa que había encontrado en Google introduciendo estas palabras: "Lugar de Galicia con río, sin mar, con monumentos que visitar y en el que llueva poco". (Esto último lo deseaba profundamente, ya que no aguantaba más la lluvia del Norte).
Y os preguntaréis: ¿donde invertí el dinero? Pues en vez de abrir una cuenta naranja en ese banco o invertir en la bolsa lo empleé en comprar un café-bar en la Plaza Mayor de la villa. Nadie creía en mi negocio, y de ser hoy ya con la cabeza bien asentada no haría esa locura. Pero fue algo extraño lo que me llevó a venir a Ribadavia, una fuerza del más allá de esas que le gusta investigar Iker Jiménez o simplemente un inconsciente joven con dinero. Lo más importante es que he acertado, pero no lo hice ni de primeras, ni de segundas; sino que lo hice de terceras.
Primero seguí con el café-bar del antiguo propietario y las cuentan no me daban. O el Excel me las hacía mal o es que tenía que hacer algo nuevo como poner servicio de restaurante. Y como tenía dinero y no tenía la cabeza en el sitio cambié el rótulo del café-bar: "El de Sada" por restaurante "Rayo de Sada" en honor al equipo en el que jugué de portero en mi adolescencia y que tantas cosas buenas y malas cosas me trajo. Así que contraté a un cocinero, ya que yo soy uno de esos hombres que ni sabe freír un huevo. Lo que falló de esta vez fue una inspección de sanidad que me cerró el local por incumplir la ley antitábaco.
Después de este último fracaso pensé en salir de Ribadavia, pero me dirigí de nuevo a otro buscador de Internet, el Yahoo y puse: "Como renovar mi local restaurante y convertirlo en algo nuevo". Y salió un local de citas para encontrar pareja. ¿Esto no sería peor de lo que tenía?; pienso hoy, pero como de aquella aún me quedaban los últimos cuartos de la lotería acepté el reto.
En un mes ya tenía todos los papeles arreglados para empezar con el negocio y le puse de nombre: "Pareja aquí". Un amigo me hizo una Web: www.parejasaqui.com en la cual cada persona se registra y un programa le busca una persona con sus mismos gustos y acuerdan ambos una cita en mi local. Todo un éxito; el primer fin de semana tuve en el local a 23 parejas de las que actualmente siguen 8. Eso sí que es amor a primera vista. Yo reconozco que no sería capaz de enamorarme así, pero si a los demás le valía, por mí perfecto.
Y así hasta hoy, haciendo de "celestina" y ganando dinero por eso. Quien me lo iba a decir a mí, después de los fracasos que había tenido anteriormente. Pienso que le debo el negocio a esos dos buscadores de Internet.
Mañana tengo una cliente muy especial, poco usual, pero que tiene los mismos derechos que nosotros a enamorarse, una ciega que se llama Aldara de 22 años de Ames. A ella le tocó un joven de Ourense de 21 llamado Lucas.
¡Que añitos aquellos! ¡Quien los pillara hoy!
¡Espero que la cita sea un éxito y que triunfe el amor!

¡Hasta mañana!


Hola, me llamo Aldara y soy de Ames. Hace 2 años sufrí un grave accidente que me dejó sin un sentido, la vista. Los primeros días lo eché muchísimo de menos, pero ahora lo voy llevando mejor. Aprendí el braille y me di cuenta de lo importante que eran esos puntitos en los mandos de los ascensores, en los medicamentos y en algunas prendas de ropa y sobre todo el sonido del semáforo a la hora de cruzar los pasos de cebra. Desde aquella me guío gracias a mi perra Pinta, que es unas de las adiestradas de la ONCE.
Ahora os voy a contar como fue lo de mi accidente:
Era una fría noche de diciembre, volvíamos de una de esas cenas de Navidad con los compañeros de la facultad. Veníamos 3 en el coche Carlos, mi chico de aquella, que iba conduciendo y sólo rompió un brazo; Marta iba de copiloto y no le pasó nada y a mí me pasó lo que me pasó. La causa del accidente fue una de esas capas hielo que se forman en la carretera. La Guardia Civil nos aseguró que si hubiese pasado una máquina o un coche echando sal no pasaría nada. Pero que se le va a hacer...
Carlos me ayudó mucho en mi recuperación, pero lo dejamos hace unos meses. A él le salió un trabajo de físico-nuclear en Sídney que era la ilusión de su vida y yo no quise ir con él. Ya me había acostumbrado a mi cocina, a la calle y no quería dejar a mi familia. Así que lo hablamos pacíficamente y lo dejamos. Quedamos como muy buenos amigos y hablamos por el Messenger. Siempre le agradeceré todo lo que hizo por mí; sobre todo la adquisición de mi compañera de piso, Pinta.
Pienso que ahora me hace falta un nuevo compañero, pero sentimental y quiero que sea sobre todo gracioso. Ayer me puse manos a obra y me metí en una Web gallega que te busca tu media naranja, pienso que era www.parejasaqui.com o algo así. Mañana  tengo una cita con un chico que no conozco de nada en un bar de citas en Ribadavia que se llama "Parejas aquí".
Nunca fui, pero miré unos datos en Internet que me sorprendieron: es la villa de Galicia con más monumentos por Km2 y la única figura románica de una piedra del mundo de un hombre tocando la gaita está ahí. ¡Que despiste tuvo el Maestro Mateo en no ponerle una gaita a una de las cientos que están en el Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago de Compostela!
Espero que no me rechace por mi ceguera, hasta ahora no lo hizo nadie y espero que no ocurra nunca.
Me acompañará, Pinta, mi fiel compañera que siempre me da confianza e iré en tren hasta Ribadavia.

¡Hasta mañana! 


Hola me llamo Lucas, soy de Ourense y pertenezco de la generación de los 90. Sí, la que vio nacer el ordenador, Internet y que actualiza el estado del Tuenti cada media hora.
Estoy algo enfadado porque mi chica, Laura con la que llevaba desde los 15 me dejó y se fue con mi mejor amigo, Fran. Quien me iba a decir a mí que seis años de relación se acaben por subir una foto al Tuenti en la que estaba con una simple amiga. Y que lo mejor de todo es que no teníamos ninguna relación. Se lo intenté explicar de mil maneras, pero las mujeres... ¡ya sabéis como son!
A veces me pregunto: Que me duele más; ¿que mi novia me dejara o que había perdido ese amigo con el que llevaba desde la guardería? Y pienso que lo que más me duele es segundo.
Que bien lo pasábamos jugando por el parque de San Lázaro. Que recuerdos en verano comiendo helados y mojándonos en la fuente. Y por supuesto las broncas que nos echaban nuestras madres y aquel anciano que le echaba pan a las palomas que nos gritaba por todo: si te quitabas la bufanda en invierno porque la quitabas; si salpicabas a su perro en verano porque lo salpicabas o si le dabas con la pelota al perro porque le dabas con la pelota. ¡Éramos unos trastes!
Cuando pasamos a secundaria ya no nos gustaba tanto jugar y nos ayudábamos mutuamente en los exámenes chivándonos las preguntas. Aún me acuerdo cuando nos daba CCSS Manuel Ángel y le había preguntado a Fran el año en que se habían aprobado las nuevas leyes para América. Esa fecha, 1512 me salvó de suspender el examen y de pasar unas vacaciones de Navidad estudiando.
Pero yo también le había dicho las siglas de (PP) en tecnología cuando nos daba  la profe Valle. El (PP) no era "partido popular" sino que era el polipropileno, pregunta que le dio el aprobado y le dejó  ir con sus primos a Disneylandia. 
En ese año había conocido a Laura, mi primera novia, sin contar las que había tenido en preescolar. Uf ¡ya me pongo mal al pensar en ella!
Yo quiero tener una novia ya y mañana tengo una cita que la conseguí buscando en una página gallega que es: www.parejasaqui.com. El encuentro va a ser mañana en Ribadavia, una tierra que me trae muy buenos recuerdos, ya que en mi adolescencia todos los viernes nos escapábamos Laura y yo en tren y llevábamos nuestro bocadillo que comíamos la orilla del Avia. Pero lo que más me gustaba de Ribadavia era ver las obras de teatro de la Muestra Internacional de Teatro en verano, en el castillo, aunque pasábamos un poquito de frío.
Espero que no cambiara mucho Ribadavia y que me siga dando suerte, tanta como para encontrar mi definitiva pareja. Que no creo. Pero...nunca se sabe.

¡Hasta mañana¡


Como cada mañana me toca abrir el local. Bueno, si consideras "mañana" lo de levantarse a las dos de la tarde...Pero, os digo que también me acuesto a las 6 de la mañana y como siempre le hago siempre caso a Manuel Torreiglesias en eso de dormir 8 horas, pienso que esta más que justificado, ¿no? 
Mi primera tarea y limpiar todo (baños, mesas, sillas...), poner el lavavajillas con cientos de cucharillas, vasos, tazas...Y todo eso lo hago en menos de 2 horas. Al principio cuando aún tenía el café-bar me llevaba cerca de 4. Pero cuando coges práctica todo va más rápido. Después, hago las cuentas de los gastos, beneficios, luz, gas...en el Excel mientras veo lo Sálvame o Salvamé segundo pronuncian ellos. ¡Que circos montan!
Hoy, como os había contado, vino Aldara. Le di las buenas noches como todos mis clientes y ella se acomodó en unos de esos puff. Como de costumbre, en mi bar, le puse una tapa gratis, no como la competencia que no pone nada.
De allí a uno poco llegó Lucas y me preguntó dónde estaba su pareja y lo llevé al sitio.
Ellos echaron horas y horas hablando y riendo, pienso que se hicieron muy buenos amigos; no sé si para casar...pero bueno nunca se sabe...
Se despidieron y me dijeron que volverían.
¿Volverán?
¡Espero que sí!


Llegué a Ribadavia y me dirigí al local de citas. Me atendió un camarero muy amable que me trajo una tapa nada más llegar y esperé por la pareja que me había tocado. No tardó mucho. Se llamaba Lucas era de Ourense. Cuando me vio a primera vista, descubrió que era ciega y pienso que no le hizo mucha gracia en aquel  momento.
Hablamos de todo un poco, de nuestras experiencias amorosas y coincidíamos que ambos no teníamos mucha suerte, de nuestros amigos y también le conté lo de mi trágico accidente y por supuesto, como se nos dio por arriesgar con las nuevas tecnologías para encontrar pareja. Descubrí que era muy gracioso, tal y como quería.
Pienso que algo nos había unido aquella noche, algo muy fuerte, no sé cómo explicarlo...Nos intercambiamos los números de teléfono y quedé con él otro día.

Me fui de Ribadavia con una sensación que no había vivido nunca antes, como si tuviera que permanecer atada a esa villa...y me daba que iba a volver.



Hoy es el día elegido, ese en el que quiero cambiar de ambiente de una vez por todas y encontrar a una mujer con la que pueda estar el resto de mis días. ¿Pido mucho? ¡Pienso que sí!
Llegué al local y como es de costumbre soy el último en llegar y "mi dama" tuvo que esperar. Según ella no tardé mucho, eso sí que es extraño en mí. Me enteré de que era ciega y al principio me pareció raro, pienso que ella se enteró por la cara que puse, ya que yo son muy expresivo. Pero no le di más importancia.
Seguí hablando y descubrí que los dos éramos víctimas de Cupido. Le conté un montón de chistes sobre curas, políticos, funcionarios (que son mi especialidad) y pienso que le gustaron, ya que no paró de reír.
Al final nos intercambiamos los teléfonos y quedamos para hablar otra vez.

Tuve una sensación rara y agradable a vez. Muy difícil de explicar, como si Ribadavia me hubiera atado ella y me hubiese atado también al amor. No sé cómo explicarlo, pero me daba que iba a volver a esa villa.

Patxi
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Parlamento

GORDA


La mirada de Eva vagaba distraída por las calles de Barcelona a través de las ventanas del coche. La mañana estaba iluminada por los rayos débiles de un sol triste, que caía languidamente sobre ciudadanos despreocupados que hacían la compra, llevaban sus niños al colegio y vivían sus vidas lejos de tristezas, obsesiones y hospitales. Para ellos, guapos, delgados y despejados, todo debía de ser mucho más fácil.

A través del retrovisor se topó con la mustia mirada de su madre en el volante, prematuramente envejecida por el cansancio y el sufrimiento. Un  sentimiento de culpabilidad se abalanzó de repente sobre ella pero de inmediato, se obligó a desecharlo. Al fin y al cabo era su cuerpo, era su vida, podía hacer con ellos lo que quisiera. Al fin y al cabo ella no tenía la culpa de que su madre y el séquito de absurdos médicos por los que se dejaba asesorar fueran unos histéricos y unos exagerados.

Su atención volvió al exterior, fuera de la atmosfera enrarecida y agobiante del coche,  tan llena de ingratos complejos y mudos reproches, y fue a posarse en una joven pareja que avanzaba por la acera mientras conversaba animadamente. Se les veía sanos, fuertes y felices. Él era alto y guapo, ella era esbelta y elegante, su negra melena recogida en un moño despeluchado con gracia, su andar grácil pero firme, su mirada risueña y brillante. Vestía una sencilla camiseta azul claro y una falda a la altura de las rodillas que dejaba ver unas piernas largas y estilizadas.

Aquello le hizo sentir todavía más consciente de su triste realidad, de su patética y deforme figura. ¿Por qué ella no podía andar así, igual de ergida, igual de segura? ¿Por qué sus pasos parecían siempre tan torpes, tan tristes? Y sobretodo: ¿por qué no podría ella ser tan ligera, tan ágil, tan delgada? Sintió como se le humedecía la mirada y una traidora lágrima resbalaba mejilla abajo. Se la secó con un gesto brusco. ¿Y por qué no? se dijo entonces, en un arrebato de rabia ¿Y por qué no iba a poder?  Sí que podía, ella también podía convertirse en una de ellas, también podía enfundarse una falda corta y sentirse guapa y admirada.
Sí, estaba en su mano ser una de ellas. En cuanto perdiera los quilos que le sobraban todo cambiaría. Recuperaría la confianza en sí misma y Jordi se fijaría en ella y podría continuar con el ballet y volvería a estar de buen humor y recuperaría la capacidad de concentrarse y no tendría que repetir curso. Tan sólo le faltaba un poco para alcanzar la felicidad. 10 kilos. Tal vez incluso menos. 7 kilos y su vida sería exactamente tal y como ella quería.

Entonces, bajó la vista y se llevó las manos a la barriga. Pero a quién quería engañar, se dijo, sintiendo como el labio inferior empezaba a temblarle y nuevas lágrimas rodaban por su rostro. Seguía gorda, seguía asquerosa. Se agarró la carne con las manos hasta que le hizo daño. De nada había servido el ayuno, de nada habían servido los mareos, ni las ausencias a la hora de comer, ni los vómitos, ni las mentiras. Seguía gorda, seguía asquerosa, como siempre, como nunca había dejado de estarlo.

Su madre abrió la puerta del coche y la ayudó a salir. Poco a poco, fueron avanzando hasta llegar a la puerta del blanco edificio. Ella habría querido negarse, deshacerse de aquel brazo, largarse corriendo muy lejos de aquel lugar triste y mezquino, pero no pudo. No tenía fuerzas.

Se sentía de repente tan cansada, tan débil. Apenas se dio mucha cuenta de cuando, una vez más, la sentaron en una silla de ruedas y la llevaron a aquella fría habitación de camas incómodas y odiosos tubos, ni siquiera cuando la desnudaron y la pusieron sobre aquella malvada báscula que con crueldad se regodeaba en su tormento.

A lo lejos, como en sordina, escuchaba la conversación que el médico mantenía con su madre, él con ademán afligido, ella con la mirada llorosa y unas profundas ojeras enmarcando su derrotada expresión.

-Esto es muy serio. Me sorprende que pueda mantenerse en pie ¿Cuánto hace que no come?

-Ayer la obligué a cenar, pero probablemente lo vomitó todo.. - se le quebró la voz y no pudo continuar. Sus palabras se convirtieron en sollozos y por unos segundos  no se esuchó nada más, tan solo su sorda angustia rompiendo el silencio de aquel cuarto lleno de tristes miradas.

Notó el pinchazo de la vía penetrar en su brazo y sintió como poco a poco el suero iba llenando su cuerpo de calorías y desgracia. Se la habría arrancado como ya había hecho otras veces, pero esta vez no encontró las fuerzas.

Luego, cayó profundamente dormida y tuvo sueños felices, en los que ella aparecía muy delgada y elegante, como las chicas de la portada de las revistas que llenaban las salas de espera de aquel mismo hospital.

Lori meyers
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

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RICARDO EL DEL 3º


Diez años después siguen sonando en su cabeza las palabras terribles.  "Mañana en la reunión de vecinos piensa en mí". Ricardo Asturias, cercano ya el final de su mandato como presidente de escalera, comienza a oír y ver los fantasmas que le recuerdan  como consiguió su puesto.
Antes todo era diferente. Ricardo Asturias era querido, quizá incluso admirado por sus vecinos. De hecho, no tenía apellido. Ricardo era "Ricardo el del 3º". Su hermano Eduardo era el presidente de escalera, pero la labor de Ricardo había sido vital para él. Él fue quien acabó con la carrera (y la vida) del otro aspirante a la presidencia, Carlos Serrano. Todavía hoy sigue siendo un misterio para el resto de los vecinos como pudo desplomarse el ascensor desde el cuarto piso hasta el parking, cuando Carlos iba dentro, solo.
Eduardo Asturias consiguió ser presidente, pero, podemos decir que desde ese momento Ricardo sintió la llamada de la poltrona en su sangre. Y precisamente con sangre habría de conseguirla.
Se lanzó a una carrera desesperada hacia el poder, consiguió enamorar a la viuda de Serrano, hasta tal punto, que dos años después se casaban por lo civil en uno de los juzgados que siempre debió pisar Ricardo. Después vinieron cosas peores.
Ricardo siempre fue un tipo especial. Tenía una imagen que se alejaba de lo común. Su joroba y sus piernas largas pero torcidas le amargaron la vida desde pequeño. Nunca les perdonó a sus compañeros de internado que se rieran de su figura, una vez que tuvo que disfrazarse de Peter Pan en una función del colegio. Esto, junto al hecho de la enorme popularidad de su hermano le llevó a una envidia inmensa (maquillada siempre con buenas palabras) por los logros de Eduardo.
Su fiel colaborador, Horacio, nos contó una vez que vio a Ricardo hablándole a la luna del armario (como si fuera una cámara) de cómo podía "sonreír y matar mientras sonrío". Horacio fue el gran acompañante de Ricardo en los momentos de ascensión, hasta que éste le repudió públicamente y tuvo que pasarse a la candidatura del gran rival, Javier Rico, el nuevo candidato a la presidencia.
Ricardo Asturias había por fin perdido su gran apoyo y con él el control de su gobierno. Junto a Horacio había asesinado a su otro hermano Jorge, asfixiándole y escondiendo su cadáver en el contenedor de basura del garaje. Esta noticia agravó la enfermedad de su hermano Eduardo, que murió poco después dejando a Ricardo como presidente (pues era el número 2 de las listas), secándose las lágrimas de cocodrilo.
Los vecinos de la escalera estaban preocupados por las muertes, pero más aún por el "pobre" Ricardo, a quien veían un hombre con mala estrella (en eso no se equivocaban) y de quien temían no fuera a sobreponerse.
En esto sí se equivocaban. Ricardo Asturias, ya casado con la viuda del antiguo rival de su hermano, entabló una carrera terrorífica por hacer su gobierno eterno y en esa carrera cayeron los hijos de Eduardo, a quienes "por accidente" se les dejó encerrados en el cuarto de los contadores donde aparecieron tres días después, tan devorados por los ratones (al fin y al cabo era un piso de renta antigua de los 50, era previsible) como por las ansias de poder de su tío.
Instalado en el poder desde hace diez años, Ricardo contempla sus posesiones (el número 14.. de la calle Inglaterra) como si los estuviera viendo por última vez.
De hecho así será, porque mañana en la reunión de vecinos, Javier Rico, apoyado por las revelaciones de Horacio, el desdeñado lugarteniente de "Ricardo el del 3º", derribará la administración Asturias de una vez y para siempre, olvidándose tantos méritos contraídos por un hombre cuyo mayor pecado (según piensa él), es no haber nacido libre de joroba y con unas piernas de futbolista. Como si a los guapos se les perdonara todo.

Gabriel anadón
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

Selin

A falta de los relatos que hayan llegado en la última tanda, hemos superado de largo las 300 participaciones.   :yahoo:

Un éxito para Fórum Montefrío  b66  y abundante lectura para el jurado   :wacko:

Selin

Parlamento

C A M I L A


Despertó sin saber donde estaba, vio que estaba descalza y que vestía un pantalón y una blusa blanca, entonces notó que su cuerpo olía muy bien; olió sus brazos, sus manos, estaba segura que desconocía el aroma de ese perfume. Miró su mano izquierda y se dio cuenta que le faltaba su reloj y su alianza, trató de recordar dónde los había dejado y cómo había llegado allí, pero no lo consiguió y sin saber porqué se tocó la frente.
Se incorporó y vio que estaba en una verde pradera, levantó la vista al cielo y tuvo la sensación de que nunca lo había visto tan azul, miró a todos lados y divisó que no muy lejos de ella, había un árbol de gran tamaño. Intrigada pero con paso tranquilo, se acercó a él, el árbol era un ombú de gran tamaño.
Al sentarse debajo del árbol sintió tanta calma como nunca antes había sentido, intentó una vez más recordar cómo había llegado allí pero no lo consiguió, luego con parsimonia comenzó a andar; dos horas más tarde se detuvo contrariada; la extensa pradera parecía no acabar, además estaba segura que había andado lo suficiente como para que le doliesen los pies, sin embargo no era así, tampoco tenía hambre o sed y a pesar del tiempo que llevaba caminando bajo el sol no transpiraba y su piel no se había enrojecido.
Continuó caminando hasta que vio volar en círculos una bandada de pájaros negros, unos metros después, estaba delante de un sendero que se adentraba en una gruta. En ese momento, el cielo se cubrió de grandes nubarrones y empezó a soplar un viento fresco que le erizó la piel. Llegó a la entrada de la gruta en el instante en que comenzaba a llover copiosamente, entró en ella con recelo y al hacerlo la dulce calma que la había acompañado hasta ese momento desapareció. Por primera vez sintió frío y sed, se mojó los labios con la lengua, inquieta y temerosa avanzó unos pasos pero se detuvo cuando le pareció escuchar su nombre; sin darse cuenta se desvaneció y al hacerlo sintió que se caía en un pozo sin fin.
Despertó sintiendo los labios resecos, notó algo en su nariz y su boca. Abrió los ojos, vio que su madre le sonreía y dos desconocidos vestidos con bata blanca, hablaban entre ellos sin apartar la mirada de ella. ---------------------------------------------------------

Laurent
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

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MI MUJER ME DICE QUE TENGO QUE COLGAR EL ESPEJO


Mi mujer me dice que tengo que colgar el espejo. Buena forma de empezar algo. Mirándome en el espejo, como una forma de puerta grande, introspectiva. Mirando hacia el pasillo-espejo, estoy escuchando a Bahía Blanca de Di Sarli y me empujaron los recuerdos.
Me tomaron de la mano y llevaron hasta la calle Montiel, el molino de trigo burgol del tío Elias. Los recuerdos te llevan aunque vos no quieras. Son los dueños de tu mundo. Como cuando abríamos la puerta de la alacena umbrosa de la Tía Marta, y aparecían unos aromas exquisitos. Descendientes de sirio-libaneses hacían de las comidas un festival del paladar. Me acuerdo de la poca bolilla que le dábamos al tango, éramos purretes, la nostalgia no había empezado a hacer el nido. Éramos unos cuantos plumones, nada más y el puñal del tango no era más que "un cuchillito de punta alfiler" que no nos había tocado con su pesar trágico y somnoliento de siesta. Entonces nos sacaban corriendo del patio grande, nos comíamos el trigo caliente y sabroso.
Corríamos como gorriones. Cómo los que se espantaban y volvían, cuando la abuela sacudía el mantel en el patio de su casa de Moreno. Y se escuchaban los tangos en el victrola del abuelo, cuando no su bandurria; porque el abuelo sabía noventa-piezas-noventa que solía tocar antaño con el viejito y centenario, barbudo y sedentario bisabuelo.
Los tangos se escuchaban aún debajo del patio sombreado por las uvas y las rosas. Y se veía pasar la tarde por los agujeritos del emparrillado de madera del frente. A través de él, veía pasar los paisanos a caballo, común en esa época. Verlos pasar despertaba mi imaginación. Me encantaban tanto los del carro del dios Apolo, como el chiquitito y flacucho Azabache del libro que leía con la rendija de luz que pasaba debajo de la puerta en las tardes de siesta y ansiedad ó el viejo Rocinante, del más viejo Quijote, que leí y no entendí en su descomunal verdad mentira, en su valentía necia y sorda, pero no menos auténtica. Porque lo leí en la época de la piletita de material, de las panzadas de uva y ese calor.
Todavía siento bajo mi desnuda planta, esa rugosa baldosa del patio de la abuela. ¡Cuidado con las gatas peludas! Creo ver aún las verdes y urticantes criaturas, orugas tempranas de hermosas mariposas que el abuelo coleccionaba cruelmente atravesadas con alfileres en el tapa-rollo de la ventana de su habitación. O subir a la terraza y mirar las rosas rojas, rojas desde arriba, porque ellas no daban importancia a lo de abajo, como las uvas. Ellas eran soleadas, platónicas, como las gardenias blancas (bah! Jazmines) fragantes. Las uvas no. Eran lujuriosas bolitas, chorreantes y dulzonas como el vino.
Hoy los recuerdos me traen otras  fotos sepiadas: los cachorros que criábamos, los pajaritos cordobeses de papá, o el canario amarillo limón del abuelo, cieguito y de uñas larguísimas, silbador como él sólo.
Lástima de tiempo, si hubiera sabido lo que era ese lapso, suspiro de sensaciones o soplo de felicidad, no habría apurado el trago, lo habría caminado distinto. Porque la vida cambia, es ladina y veleidosa, como el tango La Mariposa "No es que esté arrepentido, de haberte  querido tanto"...
Llegado el momento, todos tiramos la bronca. Nadie se queda atrás...hasta mi vieja se quejaba que me quedaba a comer con mi abuela Maruja (porque era gallega).
Cuando volvía a casa encontraba los puchitos que tiraba el abuelo Antonio, en la bifurcación de los dos caminitos: uno a casa y otro al cuartito verde (refugio/atelier/laboratorio del abuelo). Los recogíamos con mi hermano Néstor y terminábamos de fumarlos a escondidas detrás de la ligustrina olorosa de diciembre.
Porque el abuelo además de baterista era el orfebre de los arreglos cotidianos. Consumado hacedor, carpintero artesano, mago de gorra, y funge de vez en cuando. Todavía no me explico cómo la ceniza del pucho, crecía tanto hacia los labios, se marchitaba, caía y él como si nada, seguía con su labor de merlinazgo del cuartito verde. Su radio grande, con madera y tela, dial enorme cantaba las audiciones a través del mosquitero, pasando por los malvones rojos y calas blancas. Eran mi coto de caza preferido. Caminaba descalzo sobre el pasto verde-primavera-antigua, con el frasco de vidrio en una mano y la tapa en la otra, esperando la abeja. Ó llegado el otoño, el abuelo podaba el paraíso de la vereda y armábamos unas tiendas hermosas, además con las ramas más cortas atrapábamos mariposas amarillas, que en esos tiempos abundaban como la inocencia, en las siestas de escapadas o en las mañana despejadas.
Marco Polo no tenía un barco y descubrió  nuevos mundos?, pues yo había heredado una bici inglesa de mi tía Pocha, con la cuál he recorrido diversos mundos, los que me rodeaban. Pero como sucede en muchas ocasiones, después de tocar tierra en varias oportunidades (y no con las gomas precisamente), perdió un poco el encanto. Era toda una aventura para mí, si hasta llevaba en el manubrio los pichones de gorrión que traíamos de Punta Chica, cuando íbamos en el Jeep de papá a bañarnos en el río. No me olvidaré jamás el terror que me dieron los cangrejos que trajimos una vez de Punta Indio, no quería entrar en el río después de lo que habían hecho con un antiguo hotel, en dónde alguna vez había tocado el abuelo Antonio con la orquesta España. "Pero hijo, no te hacen nada!!!!!". La cuestión que después de una noche de tormenta fuerte, se "escaparon".
Hablando de tormentas, donde estaba la casa era una zona muy baja de Moreno, entonces no había desagüe pluvial. Cuando llovía mucho, nos despertaba a la madrugada, las paladas de tierra de papá para sostener las inútiles maderas puestas ante las puertas. Inútiles ya que el agua entraba por las rejillas del baño, de la cocina, del lavadero. Y allá íbamos a levantar todo lo que se pudiera. Y estábamos horas sobre sillas y mesas con mi hermano y el agua circulando libremente.
Ese ruido  de las palas es imborrable, como el croar de las ranas y sapos. A los que odié a partir de ese momento. Cómo corría el agua !. Cuando nació Marisita, a mamá y a nosotros nos sacaron los bomberos. Se cayó mi tío Omar en una de las zanjas. Cómo se puede olvidar uno, de esos detalles. Como el vestido de terciopelo verde de mi vieja, cuando tomamos (prolijitos nosotros), la comunión con Néstor. Tampoco me puedo olvidar que  el domingo después de la comunión fui a confesión, a intentar confesar algún pecadillo, pero como no tenía haber de ninguno, el cura se enojó tanto que me echó pidiéndome que la próxima llevara algún pecado para contar.
Por supuesto no era el mismo que me echó de la sacristía cuando me estaba besando muy acaloradamente con la Cupo a los quince. Pero esa es otra historia.

Daniel
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente

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HERMOSAS CASUALIDADES


Era una tarde cálida, primavera temprana, los susurros del mar lejano apenas eran notorios. El paisaje cambiaba velozmente, los árboles ignorantes del mundo que se abría paso a su alrededor, ignorantes nosotros, desconocedores del mundo. La carretera se torcía cada vez más y más, laberinto de intrínsecas raíces semejando una bajada a los infiernos, cuan equivocados estaban aquellos niños, ignorantes de nuevo, creyendo que aquello era un lugar perdido del mundo.
Así bajo los rayos del sol en un pequeño pueblo comenzaba una historia, historia que se convertiría en inolvidable, que quedaría grabada en las memorias de todos cuantos tuvieron su lugar en ella, para siempre, eterna. Era aquel momento mágico, especial, como cualquier comienzo, mariposa que comienza a volar, un universo que se abría paso ante todos nosotros, poder rozar el cielo con los dedos.
A veces dos miradas se cruzan por casualidad, de manera inevitable, y así durante un instante, a penas unas décimas de segundo, mis ojos se perdieron en los suyos, quedando irremediablemente prendada, aquella unión estaba ya escrita. ¿Fue cosa del destino?, nunca lo sabré. Mientras yo jugaba a soñar nuestras vidas se entrelazaban, entre risas y sonrisas, lazos de una amistad eterna.
* * *
Anochece en una playa lejana, el habitual silencio es roto por nuestras voces. Se escucha a lo lejos a alguien decir que aprovechemos cada instante de aquel viaje porque todos los que entonces estábamos allí no habríamos de encontrarnos de nuevo; ahora me doy cuenta de cuan sabias eran aquellas palabras, predicción del triste futuro.
Pero sin embargo, en aquel momento nosotros desconocíamos nuestro destino, éramos tan sólo niños inocentes jugando a crecer. Y entonces tras aquella ventana lo vi, él, sonrisa radiante, él, la luna reflejada en su mirar ardiente, él, envuelto en aquel aura tan irresistible para mí.
Fue noche de palabras, confesiones susurradas al oído, promesas de amor eterno, noche de secretas fantasías. Fue simplemente una noche mágica que habría de quedar escondida en el más profundo de los secretos, fue una noche prohibida.
Despertamos con los cantos de los pájaros, la luz del alba bañaba su rostro, radiante como siempre. Un suave rubor, rojizo, acompañaba mis mejillas; mis ojos trataban de ocultarse de aquel mirar ardiente, absurda batalla por tratar de esconderse.
Salí presurosa de aquella habitación, huía sin saber de qué. Y así durante días jugué al escondite como cuando era niña. Jugué a hacer invisible el pasado, inexistentes aquellos besos y caricias. Corrí un tupido velo entre él y yo.
Pero de poco servía todo aquello, el destino era inevitable y yo no estaba llamada a cambiarlo. Mientras le bajaba la mirada sentía ese ardor de la pasión, un deseo impulsivo de besar sus labios, que desesperadamente trataba de aplacar. Entre mentiras, risas y llantos, yo contra el mundo.
Aún recuerdo aquella mañana ligera en el acantilado, era inevitable eludir el destino por más tiempo. Tus labios sabor a sal sobre los míos, besos robados entre las olas del mar, fantasías inventadas bajo el agua. Un dulce atardecer, tú y yo, yo y tú, nosotros fundidos en uno.
Poco nos importaba el futuro, cuanto ocurriera a tan sólo unos pocos metros de nosotros, en aquel momento éramos tan sólo tú y yo. Nada podía cambiar aquel momento, nada podía detener nuestro amor. Creíamos que juntos éramos invencibles, que podíamos cambiar el mundo.
Sonrisas y lágrimas olvidadas tras el horizonte. Día tras día, noche tras noche un juego de palabras, promesas, falsas palabras, un sin fin de mentiras que quedaron escondidas entre las cortinas de aquella habitación.

Cuando se está junto a la persona amada el tiempo se evapora velozmente, y los segundos se convirtieron en minutos, los minutos en horas, y las horas en días. Y así llegó nuestro último día en aquella playa de ensueño.
Un último instante para soñar, guardado en el recuerdo, un último atardecer bañado de lágrimas, abrazos, promesas de amor eternas. La ilusión de un reencuentro cercano, grabar nuestros nombres en la arena y ver como el mar se los lleva.
* * *
Un autobús se pierde en la distancia, se aleja cada vez más y más de aquel pequeño pueblo donde comenzaron a soñar, lágrimas que se quedarán, lágrimas que se irán, resbalando sobre las mejillas, despedida forzada. Una canción suena de fondo, anticipando el dolor de la distancia. Esta vez es ese triste momento, de dolor y frustración.
Porque toda historia siempre ha de tener un final, que nos viene a mostrar que nada es eterno, que debemos aprovechar cada segundo de nuestras vidas, porque los buenos momentos sólo quedan en recuerdos.
Memorias que van formando el libro de nuestra vida, que van quedando olvidadas en un viejo baúl. Sin embargo, hay historias que marcan el curso de nuestra vida, que forman un antes y un después. Y éstas son imposibles de olvidar, sus recuerdos invaden constantemente nuestra mente. El deseo de volver a atrás, revivir cada momento, cada segundo, cada instante de felicidad, revivir nuestra historia.
Te miras al espejo, ya ni siquiera reconoces tu rostro, ves tu reflejo perdido en el tiempo, un suspiro que quedo olvidado, una canción de amor que escuchaste al amanecer, un beso arrancado por una ola del mar, ya la brisa no acaricia tus mejillas ya no escuchas las olas romper.
Ahora tan solo te queda recordar, un cuaderno de dibujo, unas poesías y letras de canciones olvidadas en un cajón, pasas las páginas hacia atrás quizás en un intento de retroceder el tiempo, de perderte de nuevo en sus besos, de volver a sentir sus caricias sobre tu piel, esas noches inundadas de amor.
La ilusión de un nuevo despertar un día nuevo comenzar, inocencia cubierta de sonrisas, jugar con las olas, perder la noción del tiempo. Y de pronto te das cuenta de que los días han pasado. Y entonces quieres detener el tiempo, prometes congelar ese momento. Pero los días continúan pasando. Te das cuenta de tu error. Ya sólo te queda vivir de ese recuerdo, perderte cada noche en tus sueños, en un mundo como aquellos días que dejaste atrás.

Serena crystal
Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida, hacerte perder tiempo,buen humor,apetito, y todo esto sin malicia,sin remordimientos y sin razón. Estupidamente